Lo que empezó siendo un experimento terminó siendo un gran éxito la noche de mi cumpleaños: pizzas a la parrilla. Para prepararlas hay que primero precocer las prepizzas en el horno hasta que tomen consistencia suficiente como para manejarlas sin que se desarmen, justo cuándo empiezan a dorarse (si van a tomarse el trabajo de hacerlas a la parrilla, también tómense la molestia de amasarlas!!! van a quedar mucho mejor...). Con las brasas listas, hay que poner las prepizzas al revés* sobre la parrilla, para que se caliente la superficie que estará en contacto con el queso. Una vez que se siente el calor del otro lado de la pizza, hay que darla vuelta y echarle la salsa, el queso (cremoso y muzzarella), y todo lo que uno quiera (huevo duro, roquefort, cebolla y/o cantimpalo, elijan), y taparla* con algo mientras todo se derrite (una chapa, por ejemplo). Y listo!
* Estos dos puntos son esenciales y fueron aportados por un amigo en el momento, a mi no se me habían ocurrido...
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